Sus vacaciones ya están reservadas y pagadas, entonces recibe pocos días antes de la salida un email de la agencia de viajes, informándole que su paquete turístico ha subido un 8%.
Esta pesadilla para todo viajero se hará pronto realidad a través de la Directiva del Parlamento Europeo (UE) 2015/2302 Ésta ley, que tendrá que entrar en vigor en todos los estados miembros de la Unión Europea como muy tarde a principios de 2018, permite al agente de viajes subir los precios de los paquetes vacacionales ya reservados pocos días antes de la partida y por si fuera poco, también pudiendo reducir los servicios contratados. Y los turistas no tienen otra opción que aceptarla.
¿Cómo puede ser? La culpable es la Directiva sobre circuítos combinados de la EU que cambió el año pasado. Actualmente existe un proyecto terminado en Alemania del Bundes Ministerio de Justicia encargado. En las 116 páginas de las que compone hay una lista de las granujadas para los turistas. Según la ley será posible hasta 20 días antes del comienzo del viaje subir hasta un 8% el precio sin que el viajero pueda quejarse. Pongamos el caso de una familia que ha reservado un viaje de 2000 €, en este caso el agente de viajes podría subir el precio en 160€. Para ello solo tendría que probar que para él se han producido gastos extra (hay una lista en la ley) que hacen que la reserva sea más cara.
En la lista se pueden encontrar subidas de la gasolina, subidas por amarre en el puerto o aeropuerto, impuestos para turistas en el lugar así como otro valor en el cambio de moneda. Riesgos que realmente el touroperador tendría que tener en consideración en su calculación. Si por esas causas el agente de viajes tuviera que subir el precio más del 8%, el viajero tiene derecho a anular el viaje, pero sin tardar mucho tiempo. Quien no se ajuste a las fechas de cancelación fijadas por el agente de viajes, acepta la subida de precio. También el que cancele a tiempo tiene el problema que no volverá a encontrar por el precio acordado el soñado destino en temporada alta en tan poco tiempo. Por lo que tendrá que pagar más.
Los „cambios insignificantes“ antes del viaje serán permitidos
Aún más espinoso son los cambios en los servicios. Pequeños (insignificantes) cambios del viaje reservado deben ser tolerados, cuando estos sean aceptables para el turista medio. Lo que puede ser para algunos una catástrofe.Y grandes cambios pasaría a ser aceptados por los viajeros si en el plazo fijado por el touroperador no se notifican. “Estos cambios pueden ser llevados a cabo por el touroperador a corto plazo, teóricamente incluso el día del comienzo del viaje” , lamenta la Asociación del consumidor. Pero la cancelación del viaje sin otro reservado es la pesadilla de todo turista.
Este proyecto de ley conlleva un endurecimiento de las reglas actuales. Hasta ahora los cambios de servicios en casos únicos tenían que ser aceptados y no por la media de los turistas. Subidas de precios tras la reserva son ya posibles, siempre y cuando sean como muy pronto cuatro meses tras la reserva y como muy tarde 21 días antes del comienzo del viaje. Esto no afecta a muchos, ya que la mayoría no reserva con tanta antelación. Pero sí lo hace antes del plazo de veinte días fijado ante del viaje.
Las subidas de precios no son nada nuevo
Hasta ahora solo se podía hacer una subida del 5% sin que el turista tuviera derecho a cancelar. Cuando la nueva ley entra finalmente en vigor el touroperador no tendrá que ofrecer como hasta ahora un servicio sustitutivo de la misma calidad. Estas subidas de precio tras la reserva no son nada nuevo. Los touroperadores ya lo llevan haciendo tiempo atrás y más a menudo de lo que se cree. Para el mercado de los viajes combinados es un gran concesión ya que la diferencia de precios posterior es a veces en la economía poco frecuente. Los vendedores de coches no pueden pedir tras la reserva un precio mayor, aunque los precios por la fabricación del mismo se hayan visto aumentados.
Los precios también tienen que bajar en la "teoría“
Para tranquilad del consumidor existe una claúsula en la ley en la que los precios también tiene que bajar si los gastos nombrados disminuyen. Siempre y cuandon el touroperador haya formulado en el contrato la posibilidad posterior de subir los precios. Esta opción tropieza con dos grandes barreras. El consumidor tiene que calcular antes que los costes del touroperador han bajado. Según el abogado especializado en derecho de viajes Paul Degott aus Hannover “esto apenas es posible en la práctica”. Nadie sabe a qué precios calcula el touroperador los costes de energía y qué cambio de moneda ha usado. Y aún sabiendo todos estos datos al turista no le devolverían mucho ya que el organizador puede exigir un impuesto por la calculación. En este caso deberían aclarar los juzgados cómo de alta sería.
Oportunidades para los consumidores
El trabajo al calcular los gastos también lo tienen los organizadores en el caso de subidas de precios. Estos deben probar exactamente por qué tienen que ajustar los precios. “Considerando el cambio constante de los tipos de cambio y el precio del queroseno es extremadamente costoso” dice Dietrich kressel de la TUI. A lo que sigue: Los organizadores deberían informar más que hasta ahora a los consumidores sobre sus derechos con todo tipo de papeles. Asi que solo queda la esperanza de que algunos organizadores no suban los precios en gastos extras por el costoso proceso de calculación.
Al menos la ley contempla dos mejoras para el consumidor. Si el viajero no puede volar a casa a causa de fuerza mayor, como una tormenta, el organizador deberá organizar otro vuelo y pagar hasta tres noches extras en un hotel. Hasta ahora el consumidor tenía que hacerse cargo de los gastos o esperar a la buena fé del organizador.
Una pequeña mejora para ·consolar· a los turistas
Una gran mejoría a favor de los viajeres se presenta en el régimen de: “viajes de estancia”. Estos son viajes donde el cliente reserva primero de un ofertante un vuelo y en 24 horas un hotel u otro servicio principal, como alquilar un coche para una semana. Hasta ahora esta clase de reserva eran tomadas como dos viajes diferentes. Pero pronto serán tomadas como un viaje combinado con todos los derechos que se le pueden dar al consumidor. Pero esto es solo una pequeño consuelo con el contraste del empeoramiento que la ley trae par los turistas. Aún hay tiempo de cambiarla pero la autoridad legislativa no dejado mucho margen.
Fuente: http://www.faz.net
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